martes, 16 de octubre de 2007

Homenaje al "Negro" Torrez






En Octubre se nos fue el "Negro" Torrez, papá de Silvana (Ketty) casada con Marco (hermano menor de Nancy), entrañable abuelo de Damián, Emilio y otros nietos, hijos de las hermanas de Ketty. No tuve ocasión de conocerlo más a fondo ya que nos vimos esporádicamente las veces que le "caíamos" por su casa en Darwin o al campo donde trabajaba, propiedad de Don Godo Venazzi y cerca del Valle Azul. Las fotos que pongo acá son algunas de las que sacamos hace poco más de año y medio en el puesto del campo que está ubicado en una hermosa rinconada del Río Negro. Aunque no compartimos mucho tiempo juntos, no fue preciso conocernos demasiado para saber que el Negro era de esos amigos que uno conoce y tiene para toda la vida, tipo humilde, sencillo y muy campero, hincha inclaudicable de Huracán (cosa que en pleno norte patagónico suena medio extraña, pero que él tomaba con mucha seriedad), tenía todas las habilidades de nuestros verdaderos hombres de campo, quizá los únicos que van quedando de la idea del "gaucho" esbozada por Güiraldes en su "Don Segundo Sombra" y que no tienen nada que ver con esos que se visten solo para desfiles. Ignoro si el Negro era un excelente jinete o pialador, sin embargo puedo decir con seguridad que ví kilómetros de alambrados que levantó con sus manos, corrales de palo a pique, mangas y cargaderos, molinos y aguadas bien mantenidos, habilidad en el manejo de los animales y en la organización del campo de Don Godo que con sus 85 años a cuestas le confiaba al Negro toda la responsabilidad de las decisiones. Tenía la habilidad para cazar los zorros y leones que atacaban las majadas de ovejas y los chivos y destreza para preparar un buen asado para compartir con amigos y familia. No hace falta decir mucho más, fue un placer compartir algunos momentos bajo la sombra de las añosas alamedas mate de por medio o elegir en el corral una cordera que el negro carneaba hábilmente y asaba con leña de piquillín y algunos toques de jarilla "para darle lindo gustito". Dicen que la gente se muere cuando muere en el recuerdo de sus amigos, así que creo que Torrez vivirá siempre en los ojos de sus hijos, nietos y amigos. Seguro que con los años el recuerdo de los buenos momentos y las anécdotas irá venciendo el dolor de la pérdida que sentimos hoy.

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